Recientemente he tenido el placer de leer el libro Filipa de Lencastre. A rainha inglesa de Portugal (Lisboa, Temas e Debates, 2014) de Manuela Santos Silva, profesora de la Faculdade de Letras de la Universidade de Lisboa. Se trata de un nuevo volumen perteneciente a la colección “Rainhas de Portugal”, que publicó hace unos meses Círculo de Leitores para sus socios y ahora está lanzando al mercado editorial Temas e Debates. Creo que estamos ante una de esas iniciativas que habrían de ser importadas de inmediato a otros países y especialmente al conjunto de reinos ibéricos.
Una apuesta firme por la calidad y por la renovación y ampliación del conocimiento histórico relativo a las reinas es el primero y el gran mérito que presenta esta colección dirigida por Ana Maria S. A. Rodrigues, Isabel dos Guimarães Sá y la propia Manuela Santos Silva (http://rainhasdeportugal.blogspot.com.es/). Si bien hemos tenido que esperar unos años desde la aparición de la colección “Reis de Portugal”, creo que ha merecido la pena habida cuenta de los avances que ha habido en los últimos tiempos respecto al conocimiento de las cortes regias y al protagonismo político, social, cultural y espiritual de las reinas. ¿Tal vez en un futuro se avance hacia una colección sobre infantes e infantas? No lo sabemos, aunque, por supuesto, sería muy bienvenida y en gran medida necesaria.
El libro de Manuela Santos Silva combina muchos aspectos que lo convierten en una lectura más que recomendable. En primer lugar, un estilo claro, sin excesos de grandilocuencia. Además, lejos de hipótesis arriesgadas, la autora construye una biografía acercándose a las fuentes y no elaborando un discurso a modo de desiderátum. De todos modos, no por ello deja de dar cabida a las preguntas, a los tal vez… a sugerir y animar líneas de trabajo de cara al futuro. Es posible que un día aparezcan algunas de esas “cartas de D. Filipa –dispersas por outros arquivos ou entretanto perdidas e destruídas–” que nos permitirían aportar nuevos datos sobre sus actuaciones y sentimientos.
La obra consta de dos partes. La primera abarca desde 1360 a 1387 y permite situar a la futura reina de Portugal en su familia de origen. Sin duda, un buen repaso que contextualiza no solo la vida de Felipa sino la propia situación política internacional: los conflictos entre Francia e Inglaterra, el ascenso al trono castellano de Enrique de Trastámara y las reivindicaciones de Juan de Lancaster tras su matrimonio con la hija de Pedro I… Como reitera la autora en diversas ocasiones, doña Felipa siempre se sintió orgullosa de su familia de origen, de su linaje… Por ello, creo que resulta muy acertada esa primera parte que culmina con el matrimonio con João I, un rey que, acompañado por la reina Felipa, inauguró y contribuyó a consolidar la dinastía Avís en el reino de Portugal.
La segunda parte, cuya cronología se extiende entre 1387 y 1415, se centra el papel de Felipa de Lancaster como reina de Portugal. Es ahí donde la autora, aún reconociendo las limitaciones de las fuentes, consigue aportar numerosas informaciones sobre el itinerario de la reina, su papel como madre, su función en una corte donde cobra importancia lo cultural, la vivencia religiosa… incluso el entretenimiento. Manuela Santos Silva nos presenta además a una reina activa en su papel de cabeza de la casa de la reina, en la administración de sus tierras y apunta a un aspecto en el que cada vez insisten más los estudiosos del poder regio femenino: la “monarquía partilhada”, es decir, la importancia que cobran la figura de la reina y del heredero como elementos esenciales y constitutivos del propio poder regio. Doña Felipa fue una reina que, como advirtió posteriormente su hijo D. Duarte, fue un gran ejemplo para todas las mujeres de la corte y del reino. Sin duda, la autora de su biografía apunta hacia ello, insistiendo en su capacidad de influencia y su protagonismo en el entorno femenino (y también masculino) más próximo a ella. Sus últimas actuaciones antes de morir, como dar su visto bueno para la campaña que habría de culminar en la toma de Ceuta, no hacen sino pensar en una reina que supo cumplir con moderación y muchas veces de forma modélica lo que se esperaba de ella.
Se completa la obra, tal y como es habitual en la colección, con un apéndice documental, una cronología, las siempre necesarias tablas genealógicas, el listado de fuentes y bibliografía, así como un índice toponímico y onomástico.
Creo, pues, que merece la pena leer este estudio, así como los otros que ya han sido publicados y que lo seguirán haciendo en los próximos meses sobre las “Rainhas de Portugal”.
¡Enhorabuena por la iniciativa y enhorabuena a la autora por su trabajo! Tomaremos ejemplo.
Una apuesta firme por la calidad y por la renovación y ampliación del conocimiento histórico relativo a las reinas es el primero y el gran mérito que presenta esta colección dirigida por Ana Maria S. A. Rodrigues, Isabel dos Guimarães Sá y la propia Manuela Santos Silva (http://rainhasdeportugal.blogspot.com.es/). Si bien hemos tenido que esperar unos años desde la aparición de la colección “Reis de Portugal”, creo que ha merecido la pena habida cuenta de los avances que ha habido en los últimos tiempos respecto al conocimiento de las cortes regias y al protagonismo político, social, cultural y espiritual de las reinas. ¿Tal vez en un futuro se avance hacia una colección sobre infantes e infantas? No lo sabemos, aunque, por supuesto, sería muy bienvenida y en gran medida necesaria.
El libro de Manuela Santos Silva combina muchos aspectos que lo convierten en una lectura más que recomendable. En primer lugar, un estilo claro, sin excesos de grandilocuencia. Además, lejos de hipótesis arriesgadas, la autora construye una biografía acercándose a las fuentes y no elaborando un discurso a modo de desiderátum. De todos modos, no por ello deja de dar cabida a las preguntas, a los tal vez… a sugerir y animar líneas de trabajo de cara al futuro. Es posible que un día aparezcan algunas de esas “cartas de D. Filipa –dispersas por outros arquivos ou entretanto perdidas e destruídas–” que nos permitirían aportar nuevos datos sobre sus actuaciones y sentimientos.
La obra consta de dos partes. La primera abarca desde 1360 a 1387 y permite situar a la futura reina de Portugal en su familia de origen. Sin duda, un buen repaso que contextualiza no solo la vida de Felipa sino la propia situación política internacional: los conflictos entre Francia e Inglaterra, el ascenso al trono castellano de Enrique de Trastámara y las reivindicaciones de Juan de Lancaster tras su matrimonio con la hija de Pedro I… Como reitera la autora en diversas ocasiones, doña Felipa siempre se sintió orgullosa de su familia de origen, de su linaje… Por ello, creo que resulta muy acertada esa primera parte que culmina con el matrimonio con João I, un rey que, acompañado por la reina Felipa, inauguró y contribuyó a consolidar la dinastía Avís en el reino de Portugal.
La segunda parte, cuya cronología se extiende entre 1387 y 1415, se centra el papel de Felipa de Lancaster como reina de Portugal. Es ahí donde la autora, aún reconociendo las limitaciones de las fuentes, consigue aportar numerosas informaciones sobre el itinerario de la reina, su papel como madre, su función en una corte donde cobra importancia lo cultural, la vivencia religiosa… incluso el entretenimiento. Manuela Santos Silva nos presenta además a una reina activa en su papel de cabeza de la casa de la reina, en la administración de sus tierras y apunta a un aspecto en el que cada vez insisten más los estudiosos del poder regio femenino: la “monarquía partilhada”, es decir, la importancia que cobran la figura de la reina y del heredero como elementos esenciales y constitutivos del propio poder regio. Doña Felipa fue una reina que, como advirtió posteriormente su hijo D. Duarte, fue un gran ejemplo para todas las mujeres de la corte y del reino. Sin duda, la autora de su biografía apunta hacia ello, insistiendo en su capacidad de influencia y su protagonismo en el entorno femenino (y también masculino) más próximo a ella. Sus últimas actuaciones antes de morir, como dar su visto bueno para la campaña que habría de culminar en la toma de Ceuta, no hacen sino pensar en una reina que supo cumplir con moderación y muchas veces de forma modélica lo que se esperaba de ella.
Se completa la obra, tal y como es habitual en la colección, con un apéndice documental, una cronología, las siempre necesarias tablas genealógicas, el listado de fuentes y bibliografía, así como un índice toponímico y onomástico.
Creo, pues, que merece la pena leer este estudio, así como los otros que ya han sido publicados y que lo seguirán haciendo en los próximos meses sobre las “Rainhas de Portugal”.
¡Enhorabuena por la iniciativa y enhorabuena a la autora por su trabajo! Tomaremos ejemplo.